lunes, 19 de noviembre de 2007, 11:55 p. m.
¿Una Sociedad sin valores?

Efectivamente la forma de vida que estamos llevando a cabo actualmente, nos deja poco a poco sin los valores que se tenían hace no mucho tiempo atrás, sin ir más lejos, la concepción de familia que hoy impera es totalmente distinta a las que contemplaban nuestros abuelos y por qué no, hasta nuestros padres. La superación de la mujer, el haber adquirido un rol distinto al de madre que cuida a sus hijos en casa sin duda ha sido la base de esta diferente concepción, y prioridad dentro de la sociedad actual.
Sería correcto entonces afirmar que vivimos en comunidades que sufren de una crisis valórica que nos llevará a cambiar nuestra forma de vida y sobre todo la forma en que socializamos con el resto de nuestros pares. Un punto importante dentro de esto es que cada vez el ser humano se vuelve más individualista, es decir, tiende a obrar según la propia voluntad y no de acuerdo con los demás; con esto las relaciones se tornan frívolas, y se busca poder aprovechar lo que el otro nos puede brindar sin profundizar efectivamente en una relación sana de amistad o compañerismo.
Es inevitable establecer la relación en mi mente entre ser humano y máquina, una máquina de emociones que puede controlar, utilizando términos y símbolos que poseen un significado profundo (compromiso, autenticidad, amor, éxito, etc.) dentro de un contexto determinado como si éstos no le importaran, con el único fin de alcanzar un modelo de vida que se muestra en los medios, casi o mejor que el Europeo, nuestra eterna comparación, comparación imposible de llevar acabo tomando en cuenta que la mentalidad y forma de vida de esas gentes desde siempre ha sido distinta y avanzada en todo sentido, es así como sólo se mira el objetivo a alcanzar sin mirar lo que hacemos para llegar a él, cuales caballos de carreras en un clásico, y sin importarnos a quien pasamos a llevar (incluyéndonos a nosotros mismos). No debe entenderse de esto que tener un objetivo o meta en la vida sea malo, por el contrario establecerlo es bueno, pero ¿será bueno que no nos importe como lleguemos a él?, es necesario reflexionar al respecto, sin duda que es necesario.
Vivir dentro de un sistema que nos coarta en cierto modo, es un factor importante para el cómo desarrollemos nuestra forma de vida, afirmar que no se tiene conciencia de ello me parece inadecuado y casi aberrante, lo correcto sería decir que sí sabemos cómo influye esto en la realidad, nuestra realidad, pero que no hacemos nada por cambiarlo, es tan fácil no hacer nada y dejar que otros decidan por nosotros, pero las consecuencias de esto se ven a futuro cuando nos damos cuenta de que las decisiones son tomadas por individuos que no tienen las cosas claras y solo se dejan llevar por sus supuestos valores colectivos que creen son mejores para el resto, es ahí donde quizás la conciencia no nos acompaña porque a la hora de elegir lo que queremos ya hemos perdido cualquier tipo de interés, es entonces de este modo cómo se pierde la fe poco a poco en la política y por qué no también en la iglesia y el resto de las instituciones, pero ese tema es complicado de abordar y no es conveniente hacerlo participe dentro de este comentario.
Entonces ¿qué hacer para recuperar los valores perdidos? o mejor aún, ¿cómo crear un nuevo espectro valórico y no recuperar algo que no fue elegido por nosotros?, porque así como cambia la sociedad, sus formas de vida, de pensar y todos sus cánones en general lo hacen junto con ella.
Para mi la clave esta en vivir con lo que en realidad es necesario, no requerir de cosas materiales para aumentar nuestra calidad de vida real y no la glotonería consumista fomentada por un intento constante de “mejorar” nuestro status o la imagen que tiene de nosotros, sino vivir felices y sólo con lo indispensable, con las cosas que de verdad tienen valor; es muy acertada la afirmación de que tener más lleva consigo en la espalda de problemas mucho mayores.
Si bien el acceso a información masiva lleva de la mano el acercamiento a otras culturas, nos muestra las profundas diferencias que existen todavía dentro del planeta, que si no somos capaces de asimilar y acomodar de manera adecuada nos lleva a una desilusión y querer más para ser igual o mejores a ellos. Entonces manejar tanta tecnología de nada sirve si no todos tienen alcance a ella, porque esto lo único que hace es aumentara la brecha creando una sociedad con destacadas desigualdades, generando envidias, frustraciones y finalmente valores errados centrados en las cosas.
Estando concientes de todo esto, ¿será posible que volvamos a vivir dentro de una sociedad con valores fuertemente arraigados, en donde nos midamos por lo que somos y no por lo que llevamos encima?, es de esperar que sí y que no se siga permitiendo que las apariencias invadan nuestras vidas, que no nos transformemos en sujetos sin identidad propia, y si bien el hombre es un animal de costumbre, que no se vuelva una costumbre vivir sin valores.

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sábado, 27 de octubre de 2007, 10:26 p. m.
¿Enseñanza media o a medias?

El sistema educacional chileno es complejo y variado, y en la práctica está orientado y diseñado para diferentes tipos de personas. Existe la posibilidad de elegir según el nivel socioeconómico (de ahí la creación de instituciones municipales, particulares subvencionadas y particulares por completo) y según los intereses de los padres y alumnos (colegios científico-humanista, experimentales, artísticos o técnicos profesionales). Crear este tipo de establecimientos orientados a ciertas personas de acuerdo al poder adquisitivo (nivel socioeconómico) del que gozan generó un problema que tal vez jamás se contempló: la fuerte diferencia en la calidad de la educación según el tipo de establecimiento.

El gobierno durante la última década se ha preocupado por esta gran diferencia, la que hace, como consecuencia de los resultados obtenidos por los alumnos, crecer la idea de que la calidad de la educación es directamente proporcional al dinero que se invierte en ella. Con respecto a esto, los avances que ha tenido la educación en Chile sin duda que han sido significativos, la inversión, en relación a las sumas de dinero y tiempo de programación, han sido producto de una preocupación por mejorar los procesos para así obtener mejores resultados de los estudiantes de todos los niveles, básica, media, superior y mucho más aún para los colegios técnico profesionales. Es así como surgen diferentes proyectos: MECESUP, Reforma Curricular, Jornada Escolar Completa, Enlaces, Chile Califica, etc., todos ellos con el único fin de mejorar la educación chilena bajo el imperio de la L.O.C.E., cuestionada durante el último tiempo tanto por docentes, como por alumnos en la llamada “Revolución pingüina”. No se puede negar ni restar meritos a quienes en su momento han estado a cargo de dirigir estos distintos programas pues el objetivo fundamental de estos ha sido una mejora en la educación y equidad en relación a la calidad y las oportunidades de estudios, sin embargo han cometido un error sistemático al capacitar a los docentes cuando los proyectos ya se han echado a andar en lugar de hacerlo antes, aún así, en el último tiempo dichos proyectos han generado sus frutos, puesto que muchos más jóvenes han ingresado a la educación superior, pero es aquí donde la dudas surgen inevitablemente. Si bien más de 600.000 jóvenes se encuentran hoy en la universidad, ¿cuántos de ellos al salir de la universidad encontrarán trabajo en lo que estudiaron durante años? Se sabe que la educación no debería tener por finalidad el lucro pero la creación de tanta universidad privada, inevitablemente satura el mercado debido a que si en ellas ingresa un determinado número de estudiantes ellos egresan prácticamente en su totalidad al mercado laboral existente en esta sociedad, pues la calidad de la enseñanza en estas instituciones es conocida como su gran debilidad, y para que recordar las conocidas carreras express, donde profesores de enseñanza básica se forman durante los días sábados, en comparación a un alumno de universidad tradicional que asiste a ella durante 5 días a la semana en un lapso no inferior a 5 años también. Con este panorama, son las universidades estatales las que están llamadas a garantizar a todos los estudiantes del país un acceso a la educación superior sin importar el status socioeconómico, religioso o político, sino sólo considerando el mérito y el interés al estudio, todo esto tiene que ser logrado mediante la equidad como base del ingreso a la educación superior, equidad que debe ser garantizada mediante las universidades estatales. A su vez las universidades estatales deben responder a los intereses nacionales, regionales o temáticos que el estado les asigne en función de la calidad, ubicación geográfica o intereses estratégicos de desarrollo nacional.

Como dijo un antiguo presidente “Crecer con igualdad”, ¿realmente esto se logró? ¿O la clase media y los más pobres seguimos esperando?, quisiera plantear el siguiente pensamiento “Estamos hablando de ascenso social o pobres con título”, quisiera no pensar que esto es realidad que a la hora de salir a la sociedad me encuentre frente a las mismas oportunidades que cualquier persona y no necesitar de “pitutos” para poder desempeñarme en mi profesión.

Con respecto a todos los intentos por aumentar la calidad de la educación, lo único que falta es una constante supervisión o fiscalización de parte del ministerio, partiendo por el hecho de que necesariamente el ministro debe ser un pedagogo con experiencia, y con una visión clara de lo que en realidad ocurre en las aulas chilenas, esto para saber si se están haciendo bien o no las cosas. Un ejemplo claro lo demuestran los colegios técnico profesionales, en donde se han sugerido proyectos para empresas en el tema del perfeccionamiento de sus trabajadores utilizando estos espacios, los que una vez terminada la jornada escolar estarían a su disposición, esto serviría de gran apoyo para las familias y para el colegio de igual forma, mantener buenos profesores de especialidad dentro del establecimiento, pagarles bien, con el único fin de educar gente capaz de realizar el trabajo asignado al momento de salir a trabajar. Que las empresas los contraten porque son capaces y tienen las habilidades suficientes. Dentro de esto también se deben revisar constantemente las prácticas pedagógicas y contenidos de un colegio científico humanista, pues la misión fundamental de ellos es que sus alumnos ingresen a la educación superior, y si bien esto no es exclusiva responsabilidad del colegio el mayor aporte sin duda lo hace esta institución.

Aún hay mucho por hacer, los programas creados han dado resultados en algunos casos, por ejemplo, el aumento de profesionales que se van al exterior para perfeccionarse, la gran mayoría a través de becas que otorga el gobierno, las oportunidades aunque todavía mínimas existen, es cosa de aprovecharlas. Queda todavía un largo camino por recorrer, observemos a quienes enseñaremos y tratemos de incentivar en ellos una competencia consigo mismos que desafíen sus propias capacidades, que piensen y no se dejen engañar por palabras bonitas, llevemos la teoría a la realidad.

Tal como el mundo usa el término, un individuo es capaz de tener “buen” o “mal” juicio, y su educación tiene como objeto reforzar el primero y minimizar el segundo.

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